jueves, 22 de marzo de 2012

Notas culturales para diagnosticar la tuberculosis


“La tisis es difícil de diagnosticar y fácil de tratar en sus primeras fases, mientras que resulta fácil de diagnosticar y difícil de tratar en su etapa final.”
Tito Lucrecio Caro (99 a. C.-55 a.C.)

La tuberculosis es una de las enfermedades más antiguas de la humanidad. Ha estado presente en numerosos momentos de nuestra historia y ha sido retratada como inevitable compañera de viaje del hombre en multitud de ocasiones. Gracias a este hecho, les propongo aprender a reconocer sus síntomas clásicos aprovechando solo algunos de los incontables ejemplos de las representaciones que de ella se han hecho a lo largo del tiempo en el mundo de la cultura.

Palidez y Delgadez (pérdida de peso)
Si es usted aficionado al cine, seguro que recuerda a Satine, el personaje interpretado por Nicole Kidman en la película Moulin Rouge! (2001). La acción se desarrolla en el Paris de finales del s. XIX. En el barrio de Montmartre se acumulan los artistas bohemios del movimiento romanticista que toman, precisamente, estos rasgos de la enfermedad como paradigma de la belleza de la mujer del romanticismo. No es de extrañar entonces que el protagonista quede prendado de la blanca piel, y la fina figura, de Satine al instante, la cual parece ir ablandándose por el amor -al mismo tiempo que languideciendo por la tuberculosis- según avanza la película. El director de la película, Baz Luhrmann, ya había trabajado en una adaptación de la ópera La Boheme que triunfó incluso en Brodway, y se muestra gran conocedor de este ambiente y del devenir de esta enfermedad que acaba matando a sendas protagonistas.

Languidez
Si es usted aficionado a la música, habrá disfrutado escuchando las obras de Frédéric Chopin al cual la tuberculosis acompañó durante muchos años hasta su muerte, ya sin fuerzas, en la cama con 39 años. La enfermedad le hizo  padecer una verdadera tortura pues siempre se sintió debilitado y frágil. Por consejo médico se instaló temporalmente en Mallorca en un intento de que su clima le ayudase a sentirse mejor. Conocida era su delgadez y palidez y como demuestran algunos apelativos que la escritora George Sand -su pareja durante 10 años- le dedicó: “mi enfermo ordinario” o “mi querido cadáver”. Por cierto, también solía decir que Chopin Tose con una gracia infinita". Ella, a pesar del amor que le profesaba, confundió su aspecto enfermizo con un carácter manipulable del que apiadarse. No obstante, él tuvo tiempo de demostrar a la arrogante novelista que su carácter era fuerte, valiente y noble, la superficie era solo la tuberculosis, y la sorprendió dejándola un día cansado de su forma de tratarle.

Tos
Si es usted aficionado al baile, quizás haya bailado el tango de Carlos Gardel “Caminito del taller” en cuya letra se describe a una costurera que “...envuelta en una racha de tos seca y tenaz...” da la impresión de que la enfermedad solo le permitirá realizar el trayecto hacia su trabajo una última vez. No deja de guardar cierta similitud con otra costurera -o modista- Mimí la protagonista de la ópera La Boheme de Puccini, la cual es descubierta por su amado por culpa de un inoportuno, inevitable y violento acceso de tos justo cuando éste confiesa a un amigo que ha roto con ella por amor intentando así salvarla de su enfermedad. La sangre no llega al río y los amantes acuerdan permanecer juntos hasta la primavera cuando piensan que el mundo revive de nuevo. Volverán a encontrarse meses más tarde, pero ella ya manifiesta la fase final de una tuberculosis que se la lleva para siempre mientras él llora desconsoladamente.

Hemoptisis (expectoración sanguinolenta)
Si es usted aficionado al teatro, a buen seguro se impresionó al conocer que el dramaturgo, y actor, francés Moliére sufrió en pleno escenario un ataque con intensos escalofríos mientras representaba –paradójicamente- su obra “El enfermo imaginario”. Trasladado a su casa, le sobrevinieron abundantes “vómitos” de sangre tras los que moriría acompañado de sus asustados amigos a los que tranquilizaba diciéndoles “Ya me habéis visto echar más”. Curiosamente, ese día las ropas de su vestuario eran de color amarillo lo que se ha transmitido hasta hoy como señal de mal agüero entre actores que lo evitan sobre las tablas siempre que pueden. Tenía 51 años y su salud ya se había quebrantado más veces con anterioridad mostrando todos los síntomas de la tuberculosis. Los infructuosos tratamientos a los que fue sometido cebaron aún más su animadversión hacia los médicos de su época, a los que definió como: “Hombre a quién se paga para que cuente tonterías en el cuarto de un enfermo hasta que la Naturaleza le cure o los remedios lo maten”.

Astenia (cansancio)
Si es usted aficionado a la literatura, estoy convencido que habrá leído a Chejov y que sabrá que comenzó a escribir por motivos económicos puesto que de profesión era médico. A él corresponde la frase “La medicina es mi esposa y la literatura mi amante, cuando me canso de una, paso la noche con la otra y ello acaba mejorando mi relación con ambas”. Es precisamente a través del contacto con sus pacientes como adquiere muy joven la tuberculosis que le mataría con 44 años. Su cansancio físico era tal que se veía obligado a pasar largas temporadas de descanso en otras ciudades para intentar reponer su salud y recuperar las fuerzas, aprovechando climas más favorables que el de Moscú. Por este motivo viajó, por ejemplo, a Francia, Alemania y Crimea. Curiosamente, a la vuelta de este último viaje se estrenó con gran éxito de crítica su obra La Gaviota por la compañía del Teatro de Arte de Moscú que dirigía Stanislavski quien tuvo que crear ex profeso un nuevo medio artístico basado en la naturalidad del actor para dar vida a los personajes de Chejov descubriendo así el concepto de subtexto. El método Stanislavski ha sido seguido por actores como Al Pacino, Marlon Brando o Paul Newman.

Drama personal
Si es usted aficionado a la ópera, conocerá a la perfección La Traviata de Verdi. Basada en una adaptación teatral de la novela de Alejandro Dumas La Dama de las Camelias. Violeta, la protagonista, una cortesana acostumbrada a los placeres, la libertad y el divertimento cambia su estilo de vida por amor a Alfredo. Para salvaguardar el honor de la familia de su amado realiza el noble sacrificio de renunciar a él. Ella está gravemente enferma de tuberculosis y sus últimos días se consumen triste y sola postrada en la cama de una oscura habitación, añorando a Alfredo y su vida juntos. En el instante final, aunque demasiado tarde, se descubre su sacrificio y muere en brazos de su amado sin sentir dolor. Al igual que en la obra, al intuirse el carácter transmisible de la tuberculosis, muchos enfermos fueron despreciados y condenados a una vida oscura y solitaria mientras eran conscientes de la progresión de la enfermedad en sus propios cuerpos y del trágico final que les aguardaba.

Drama social
Si es usted aficionado a la pintura, alguna vez se habrá conmovido por la pintura de Edvard Munch. Se dice que sus cuadros están cargados de sentimientos y de tragedia humana. Entre ellos la angustia existencial tal y como muestra, por ejemplo, una de sus obras más conocidas: El grito. En ella se representa, y condensa, el enorme dolor que él mismo sintió por la pérdida de su madre y hermana víctimas de la tuberculosis cuando él era muy joven. Este acontecimiento, unido a las obsesiones religiosas de su padre -por cierto, médico militar-, le generó una personalidad conflictiva que él mismo consideraba la base de su genio. La tuberculosis dejó en 2009 casi 10 millones de niños huérfanos en el mundo que en lugar de sufrir la tuberculosis en el cuerpo la padecen en el alma.

Fiebre moderada
Si usted ha leído todo lo anterior, usted es aficionado a la medicina, y tras estas breves notas culturales quizás le sea más fácil aún visualizar los síntomas clásicos de la tuberculosis pulmonar e imaginarse a sí mismo con una bata blanca y fonendo... por cierto, precisamente el inventor de tan ingenioso aparato -utilizado a diario aún en nuestros días e icono de la profesión- murió a los 45 años de tuberculosis. René Laënnec, era un médico enjuto al que la fiebre que persistentemente le acompañaba le dio un aspecto enfermizo. Tenía que auscultar a diario numerosos enfermos como se venía haciendo hasta entonces: pegando la oreja al pecho del paciente. Su timidez, y la vergüenza que pasaba al tener que explorar a las mujeres jóvenes, le hicieron descubrir que con este aparato los ruidos generados por el corazón y los pulmones eran más audibles aún. Hombre de suma inteligencia, se dice que erró al no llegar a sospechar que sus enfermos tuberculosos fueron la fuente de su contagio. El pensaba que la enfermedad era “fruto de la vida en las ciudades y su miseria”...quizás tampoco estaba tan equivocado.

martes, 20 de marzo de 2012

Día Mundial de la Lucha contra la Tuberculosis


Si la importancia de una enfermedad para la humanidad se mide por el número de muertes que causa, la tuberculosis debe considerarse mucho más importante que las enfermedades infecciosas más temidas.
Robert Koch, 24 de marzo de 1882.

Creo que todo el mundo coincidirá en que conocer la causa de un problema definitivamente ayuda a su resolución. En medicina, desde luego, resulta fundamental. Y eso fue lo que cambió un 24 de marzo de 1882 en Alemania. El médico, y científico, Robert Koch leía su ponencia Über Tuberculose ante los miembros de la Sociedad Fisiológica de Berlín. Días más tarde el mundo entero sabría lo que allí se dijo, pues tanto The Times como el New York Times -conscientes de la trascendencia de lo que Koch había descubierto- publicaban la impactante noticia: Por primera vez se había dado con el agente responsable de la tuberculosis. Se trataba de una bacteria que se trasmitía de persona a persona por vía aérea y que se denominó Mycobacterium tuberculosis o –más tarde- bacilo de Koch, en su honor.

Hasta ese momento, se habían postulado incontables causas para la enfermedad, desde la lectura de determinados libros sagrados en Oriente, hasta problemas cardiacos para irrigar adecuadamente los pulmones en los albores del s. XIX. No obstante, a esas alturas de siglo ya pocos dudaban de su carácter transmisible, pero seguía sin saberse contra qué nos enfrentábamos. El propio Koch cerró su discurso con estas palabras:


“De aquí en adelante no tendremos más frente a nosotros a una cosa vaga e indeterminada, estamos en presencia de un parásito visible y tangible. Se desarrolla en el hombre y con cegar las fuentes de donde viene la infección, y una de ellas es seguramente la expectoración, la lucha antituberculosa será un hecho.” (R. Koch, 1882).

El año que se cumplía el centenario de dicho evento, la OMS decidió crear el Día Mundial de la Lucha contra la Tuberculosis. Precisamente este sábado lo celebraremos por trigésima vez. Con su celebración se pretende –en palabras de la propia OMS- “educar al público sobre las devastadoras consecuencias económicas y de salud causadas por la tuberculosis, sus efectos en los países en desarrollo y su impacto continuo y trágico en la salud global”.

Y es que si Koch viviera, a buen seguro no creería que 130 años después de pronunciar sus optimistas palabras finales, y de habernos brindado el origen de la solución al problema, la tuberculosis siga causando estragos de tal magnitud entre nosotros. Actualmente, 2000 millones de personas (un tercio de la población mundial) están infectadas con el bacilo tuberculoso. De estos 1 de cada 10 desarrollará la enfermedad tuberculosa en algún momento de su vida (12 millones en el año 2010) y muchos de ellos morirán (1,7 millones en el año 2009, equivalente a 4700 muertes al día). El gasto económico mundial que provoca la tuberculosis se estima en 12.000 millones de dólares al año según la OMS.

Es cierto que ha habido avances notables, pero insuficientes. Desde 1995 a 2010 se han tratado con éxito 41 millones de pacientes y se han salvado 6 millones de vidas. Se está en disposición de alcanzar las dos metas fijadas para el año 2015: la de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (detener y comenzar a reducir la incidencia en comparación con el año 1990) y la de la Alianza Alto a la Tuberculosis (reducir a la mitad el número de muertes por tuberculosis en comparación con el año 1990 también).

Los problemas actuales contra los que nos enfrentamos son la acumulación de casos en los países más pobres (más de la mitad de las muertes se dan en Asia); la aparición de cepas multirresistentes casi imposibles de tratar (650.000 casos en el año 2010 y extensión a 80 países); y el cambio de patrón epidemiológico en los países de nuestro entorno (concentración de casos en las áreas metropolitanas). Estos hechos nos sitúan en un momento clave de cara al establecimiento de futuras estrategias que irán ligadas a llegar más lejos; atacar más fuerte; y buscar con más ahínco.

Conocemos su causa y podemos curarla, pero debemos diagnosticarla a tiempo y asegurarnos de instaurar el tratamiento. De esta forma, además, evitaremos nuevos casos al romper la cadena de transmisión mientras se sigue trabajando en el desarrollo de una vacuna más eficaz (la cual puede llegar pronto, pero eso ya es historia para otro día). Quizás entonces, estemos en disposición de pensar en eliminar la tuberculosis de la faz de la tierra por increíble que pueda parecer y el trabajo de Koch cobrará más sentido aún.


 Programa de la OMS contra la tuberculosis: http://www.who.int/tb/es/index.html

jueves, 15 de marzo de 2012

La salud del bebé comienza en el embarazo y las vacunas cuentan


Si alguien nos cuenta que seguir una dieta equilibrada y variada durante el embarazo favorecerá que nuestro bebé nazca con una salud de hierro, ninguno lo pondremos en duda. Nos lanzaremos de cabeza a los lácteos, la fruta, verdura y alimentos con fibra e intentaremos reducir al máximo los dulces, grasas, ahumados y embutidos (¡algunas incluso el jamón serrano!). Así cuidaremos de nosotras y del bebé. No dudaremos en seguir la recomendación de nuestro ginecólogo para tomar suplementos de ácido fólico pensando en obtener un mejor desarrollo neuronal en el feto evitando las enfermedades relacionadas con él. Intentaremos -tal y como nos indican los psicólogos- modificar hábitos de vida para impedir traumas lo que contribuirá a una mejor salud mental del niño que va a nacer. Incluso, despediremos de casa a nuestro querido, y damnificado, gato mientras dure el embarazo para evitarle a nuestro bebé la posibilidad de una enfermedad banal para nosotros, pero mortal para él. Nos compraremos unas zapatillas de deporte y ropa cómoda, renunciaremos a una copa de vino y al tabaco, consultaremos siempre antes de tomar cualquier fármaco, etc., etc. Y todo ello por el temor a dañar la salud de nuestro bebé y buscando que cuando nazca goce de la mejor salud posible.

Bien, pues entre esas medidas que siempre se deben tener en cuenta, es inexcusable que falten algunas vacunas como la de la gripe y la del tétanos. La primera hay que administrarla cada año, por lo que es recomendación asegurada. La segunda dependerá de si ya estamos vacunadas y de cuándo nos pusimos la última dosis.

La vacuna de la gripe es el claro ejemplo de protección a la madre y también al recién nacido. Se sabe que la mujer embarazada es más susceptible al contagio por la gripe y más propensa a sufrir sus complicaciones -entre ellas la muerte- en comparación con otros adultos. Este hecho se ha puesto más aún en evidencia durante la reciente pandemia. A diferencia de otros virus, el de la gripe no suele favorecer enfermedad en el feto, pero en los casos más graves en embarazadas existe riesgo de sufrir aborto espontáneo o parto prematuro. En ninguna guía falta la recomendación de administrar esta vacuna a las mujeres que estén embarazadas durante la temporada gripal. Ahora hay una razón más pues en febrero se ha publicado un estudio que muestra que los bebés de madres vacunadas frente a la gripe tienen menos probabilidades de nacer con bajo peso. Los niños con bajo peso tienen un mayor riesgo de sufrir obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular en la edad adulta. Los autores han calculado que por cada 10 mujeres embarazadas vacunadas frente a la gripe se puede prevenir un caso de recién nacido de bajo peso para su edad gestacional.

La vacuna frente al tétanos es el clásico ejemplo de protección al recién nacido y también a la madre. El tétanos neonatal es una enfermedad habitualmente mortal para los recién nacidos que adquieren a través de la exposición del cordón umbilical a la bacteria Clostridium tetani en partos insalubres con escasa higiene. El tétanos neonatal ha sido un azote de los países más desfavorecidos en los que el acceso a los servicios básicos de salud es deficiente. En el año 1988 la OMS estimó que 787.000 recién nacidos morían por tétanos neonatal y se propuso reducir esa cifra a cero para el año 1995. La principal herramienta para lograrlo: la vacunación de mujeres en edad fértil y en embarazadas. Los anticuerpos de una madre debidamente vacunada protegen al bebé y evitan la enfermedad, ¡así de fácil! Las coberturas vacunales aumentaron, aunque no lo suficiente y hubo que posponer la fecha varias veces. En el año 2008 el número de casos se había reducido en un 92%, pero aún así se produjeron 59.000 muertes en el mundo. Ese año UNICEF puso en marcha una campaña que amadrinó Salma Hayek la cual lloraba en rueda de prensa al relatar como vio morir a un bebé de 7 días por tétanos neonatal en un hospital de Sierra Leona. Actualmente, en febrero de 2012, todavía 34 países no han logrado eliminar esta enfermedad. En España es desconocida, ya que no se ha notificado ningún caso desde hace más de 20 años, gracias a la higiene y la vacuna.

PD: Debe recordarse que algunas vacunas, en cambio, están contraindicadas durante el embarazo como la del sarampión, rubeola, parotiditis, varicela y la vacuna intranasal de la gripe (que no se comercializa en nuestro país), entre otras.

martes, 13 de marzo de 2012

Vacunar o no vacunar, en el bolsillo lo van a notar


El gobierno australiano retira beneficios fiscales a los padres que no vacunen a sus hijos.

El aumento de niños no vacunados pone en riesgo la salud de lactantes, de aquellos que no pueden ser inmunizados por motivos de salud, de quienes nacieron antes de las campañas de vacunación masivas y no pasaron la enfermedad, y de quienes han perdido o tienen debilitadas las defensas (como los receptores de trasplantes de médula ósea) y, por supuesto, pone en riesgo la propia salud. En el mundo desarrollado, oponerse a la vacunación se encuentra en el origen del repunte de enfermedades como el sarampión, la rubéola, las paperas (parotiditis) o la tos ferina , lo cual se ha demostrado que pone en peligro la vida, disminuye la calidad de ésta en muchos enfermos y tiene, además, un gran coste económico para la sociedad.

En este último punto es donde precisamente el gobierno australiano ha pensado compensar la balanza o intentar invertir la tendencia de los que, con su decisión, son arrastrados por otros. En este país, a partir de este año 2012 los padres que no vacunen a sus hijos pagarán más impuestos. Bueno, en realidad no pagarán más, simplemente no tendrán derecho a los beneficios fiscales que se vienen aplicando a las familias hasta que sus hijos menores cumplen 5 años. Supone en total unos 2.100 dólares australianos (unos 1.700 euros) por niño que, a partir de ahora, se pagarán en tres plazos -al año, a los 2 y a los 5 años- tras comprobar que el pequeño haya recibido todas las vacunas prescritas. Como medida adicional, además suprimen un “cheque-vacuna” de 250 dólares australianos que se pagaba a cualquier familia con niños menores de 5 años completamente vacunados.

Esta medida llega tras constatar que el 11% de los menores de 5 años australianos no está vacunado por voluntad paterna, y conscientes de que esa actitud supone un riesgo para el conjunto de la población. De  hecho, en Australia los casos de tos ferina han alcanzo en el año 2010 las cifras más altas en las 2 últimas décadas, pasando en solo tres años de 4864 casos a 34.785 con 8 fallecimientos de niños menores de 2 meses (en los cuales no puede administrar la vacuna aún).

Las autoridades sanitarias australianas -tan peculiares en muchos aspectos- han tomado la iniciativa tras comprobar que premiar con un "caramelo"  ha fracasado y no han dudado en sustituirlo por un castigo en el "bolsillo".

lunes, 12 de marzo de 2012

Gripe: protagonista de la historia y de la actualidad


Se calcula que el virus de la gripe lleva 80 millones de años sobre la faz de la tierra. En tantos años le ha dado tiempo a generar multitud de casos de enfermedad, la mayoría desconocidos, pero otros han llamado más la atención y algunos, incluso, podrían haber cambiado el curso de la  historia.

En 1580 una epidemia de “catarro inclementísimo” según los cronistas -una más que probable gripe de origen aviar o porcina según los epidemiólogos de hoy- recorrió España durante el final del verano y comienzos del otoño afectando a gran parte de la población incluyendo a la familia real. La reina Anna de Austria moriría el 26 de octubre de gripe y, antes que ella, el mismísimo Felipe II (quien probablemente la contagió) se vio tan afectado que se creyó morir y dictó testamento. Todos ellos se encontraban en Badajoz junto al resto de la Corte y los tercios de Flandes al mando del Duque de Alba que habían acudido en largo viaje a la llamada de su rey dispuestos a tomar Portugal para hacer valer sus derechos dinásticos al trono.

Las tropas entraron apenas unos meses antes en Portugal, evitando que una gripe que diezmó la Corte, numerosos monasterios y miles de hogares, malograra el objetivo y permitiendo a Felipe II ser proclamado finalmente Rey de Portugal tras guardar el luto por su amada esposa.


En 1918 tuvo lugar una de las peores pandemias conocidas, la “gripe española”, que afectó a la mitad de la población mundial y mató a más de 20 millones de personas en solo 25 semanas en un momento en el que el mundo arrastraba varios años de la cruenta Primera Guerra Mundial. No se denominó española por ser el origen de la epidemia (surgió en EE.UU. cuyos soldados la trajeron a Francia y de ahí a España y al resto de Europa) sino por cómo se cebó con nuestro país afectando a 8 millones de personas y dejando cientos de miles de muertos, así como por la falta de censura en la prensa de nuestro país a la hora relatar la evolución de la enfermedad, convirtiéndose en cronista internacional. Esta libertad provenía de nuestro carácter neutral en la Guerra, en cambio el resto de países no se podían permitir que las noticias desmoralizasen a sus soldados que pensaban que la gripe solo afectaba a España.

La Guerra finalizó apenas unos meses después, pero sus efectos devastadores favorecieron que la epidemia se prolongase hasta 1920 dejando finalmente de 50 a 100 millones de muertos.


En 2012, lejos de hechos históricos y trascendentales, una historia cotidiana y actual nos recuerda que la gripe sigue estando ahí. El 1 de marzo en un pueblecito de Maryland en EE.UU. moría una anciana de 81 años sin conocerse la causa. La edad, ya se sabe…pero a los pocos días morían también dos de sus hijos sin que se pudiese hacer nada por salvarlos. Apenas sin tiempo para recuperarse de la triste noticia, una tercera hija era ingresada con los mismos síntomas. El pánico se apoderó de un pueblo donde todos los habitantes guardan parentesco entre sí y especialmente con la damnificada familia, pues sus antepasados habían fundado una congregación de la iglesia metodista en aquel lugar. Todos ellos compartían genes y además habían compartido días de enfermedad y de funerales en estrecho contacto entre sí. Malo si era una enfermedad hereditaria, peor si era una enfermedad contagiosa.

La enfermedad se detuvo apenas unos días más tarde tras algún otro ingreso y finalmente se desenmascaró al responsable: el virus de la gripe A pero unido a una grave neumonía bacteriana secundaria que les provocó la muerte.


Las amistades peligrosas
La gripe puede matar por sí misma, pero es más habitual que favorezca infecciones bacterianas que son las responsables de la mortalidad. A la cabeza de estos “amigos” de la gripe se encuentra el neumococo, bacteria responsable de unos graves cuadros de neumonía que acababan rápidamente con la vida de los pacientes cuando no existían los antibióticos y aún en nuestros días puede ser difícil de tratar en muchos casos.

Pero no es el único, la infección por la bacteria Staphylococcus aureus era una complicación de la gripe menos habitual hasta ahora, pero está aumentando. Es una bacteria muy presente entre nosotros. Cualquiera que haya sufrido una foliculitis, un forúnculo o un "padrastro" infectado (paroniquia) en un dedo, por ejemplo, ha visto sin saberlo una de sus caras menos agresiva casi con seguridad. Pero esta bacteria puede adquirir, y transmitir, mecanismos de virulencia y resistencia que dificultan su tratamiento e, incluso, pueden provocar una rápida y certera muerte como desgraciadamente ha ocurrido entre los miembros de esta familia norteamericana hace tan solo unos días.

domingo, 11 de marzo de 2012

Ir al fútbol sí, pero vacunados

La recomendación de la OMS a los aficionados al fútbol de actualizar el calendario vacunal antes de viajar a la Eurocopa de 2012 desgraciadamente es ya un clásico, pero de renovada actualidad tras los casos de sarampión en aficionados de la SuperBowl.

En el año 2008 la OMS advertía a los aficionados dispuestos a acudir a la fase final de la Eurocopa del importante brote de sarampión que afectaba al país desde el año anterior y que hasta septiembre de 2009 produjo un total de 4416 casos. La incidencia más alta, precisamente, se registraba ese año con la increíble cifra de 27,4 casos por 100.000 habitantes. Durante aquel brote el 92,9% de los casos se produjeron en personas no vacunadas. La OMS temía que se produjese una gran importación de casos a otros países europeos y para evitarlo recomendaba a todos aquellos aficionados que tenían previsto acudir que revisasen y actualizasen su estado vacunal, en especial frente al sarampión.

De forma similar, en abril del año 2010 el CDC Europeo hacía público su temor a una diseminación de los casos de sarampión por toda Europa a partir de los aficionados que acudiesen a la celebración de la Copa del Mundo de fútbol en Sudáfrica donde se mantenía un importante brote activo en ocho de las nueve provincias del país. Para evitarlo, de nuevo, hacía énfasis en la importancia de la vacunación como herramienta para evitar la enfermedad.

Por cierto, en ambas competiciones la selección española de fútbol salió victoriosa y sumamos dos títulos a nuestras vitrinas que para muchos serán difíciles de olvidar.

Bien, pues fiel a lo que comienza a ser una cita ineludible para la OMS, el pasado 24 de febrero publicó sus recomendaciones a los aficionados que tienen previsto viajar a Polonia y Ucrania donde tendrá lugar este verano la Eurocopa de 2012. Como no podía ser de otra manera, y dada la situación actual en toda Europa, el primero de los ocho “key points” que recuerda la OMS hace referencia a la necesidad de revisar y actualizar el calendario vacunal en especial frente a sarampión y rubeola.

En este caso la -ya tradicional- recomendación ha cobrado un papel más relevante, si cabe, al conocerse en EE.UU. la aparición de 16 casos de sarampión entre los asistentes a la SuperBowl. Dicho evento tuvo lugar el pasado 5 de febrero y, teniendo en cuenta el periodo de incubación de la enfermedad, las  autoridades sanitarias temen que un brote pueda desencadenarse en las próximas semanas tras haber sido expuestas probablemente miles de personas. Este miedo deriva en gran parte del hecho de que prácticamente ninguno de los casos estaba vacunado y, de que es probable, que muchos de los 200.000 asistentes tampoco lo estuviesen dada la actual –e incomprensible- ola de rechazo en EE.UU. hacia esta vacuna.

Estos casos no representan más que un nuevo ejemplo de que la negativa a vacunarse va más allá de una decisión individual, afectando a todo el conjunto de la población y -en especial- a aquellos que no pueden vacunarse por razones médicas, de edad, o de otra naturaleza. Polonia es el país europeo donde más casos de rubeola se declaran y en Ucrania hay un brote activo de sarampión con más de 1100 casos declarados durante noviembre y diciembre de 2011. Este escenario junto a la accesible situación geográfica de ambos países, la época del año en la que va a transcurrir la competición y la fiebre por el fútbol que recorre Europa, podrían hacer parecer pequeño cualquier otro brote de no seguirse las recomendaciones vacunales.

sábado, 10 de marzo de 2012

Un pequeño paso frente a la polio, un gran paso hacia su erradicación

Tras 6 años de lucha, la lista de países endémicos de polio vuelve a disminuir y se queda en tres (Nigeria, Afganistán y Pakistán) tras la interrupción de nuevos casos en India durante todo un año

Antes del año 1988 se daban más de 350.000 casos de poliomielitis en el mundo y había más de 125 países con transmisión endémica de polio. La OMS, junto a otras organizaciones como Rotary Internacional, UNICEF o los CDC americanos, consideraron inaceptable esta situación y se puso en marcha la Iniciativa Global para la Erradicación de la Polio. Rápidamente el número de casos, y de países endémicos, fue disminuyendo hasta que en el año 2006 se declaraban menos de 1000 casos al año y tan solo quedaban 4 países endémicos: India, Pakistán, Afganistán y Nigeria. El éxito era incuestionable y el optimismo máximo. Se comenzaba a pensar ya en la inminente erradicación de la faz de la tierra de la polio tal y como había ocurrido anteriormente con la viruela. Desgraciadamente, y por diferentes razones, desde entonces no se habían producido cambios y la lucha había sido, incluso, más costosa que años anteriores.
Por fin hoy, cuando el descenso en el número de casos desde 1988 ronda el 99% en todo el mundo, podemos celebrar una nueva noticia que esperábamos desde hace 6 años: la lista de países endémicos de polio se ha reducido a tres tras comprobar que en todo un año no se han dado nuevos casos en India (el último se produjo el 13 de enero de 2011 en una niña de 18 meses).

Para conseguirlo ha sido necesario el esfuerzo de miles de personas y la puesta en marcha de innumerables iniciativas. Con la OMS a la cabeza, organizaciones como Rotary International, la Fundación Bill y Melinda Gates o UNICEF, entre otras, han tenido mucho que ver en este logro. Algunos todavían tendrán en la retina la imagen de Fernando Alonso, por ejemplo, vacunando niños en calidad de embajador de UNICEF España el pasado mes de octubre con motivo del Gran Premio de Fórmula 1 en Nueva Delhi.
El optimismo es tremendo y el empujón que este objetivo puede originar a buen seguro nos traerá futuras alegrías, no solo respecto a la polio, sino a otras enfermedades inmunoprevenibles como el sarampión. El gobierno indio ya se ha propuesto, de hecho, centrarse en esta enfermedad en un país en el que el sarampión deja dos terceras partes de las muertes que provoca en todo el mundo.
La lucha continúa y el mantener un país sin transmisión endémica de casos es casi tan costoso como conseguir eliminar la enfermedad. Desgraciadamente, hemos vivido recientes ejemplos como el importante brote surgido en Tayikistán en el año 2010 con 476 casos de polio confirmados tras haber permanecido 13 años sin declarar casos; o el originado en el tercer trimestre del año 2011 en China (donde el último caso autóctono se había dado en 1994). Esto unido a la progresión de casos a final de año en dos de los países endémicos como Pakistán o Nigeria deben hacernos poner los pies sobre la tierra y no vender la piel del oso antes de cazarla.
No obstante, si lo consiguiéramos se habrían salvado miles de vidas y el impacto económico de la erradicación supondría ahorrar, al menos, 40-50.000 millones de dólares en los siguientes 20 años, la mayoría en los países más pobres que podrían destinar esos recursos a la lucha contra otras enfermedades que impiden el desarrollo de su potencial.