Se calcula que el virus de la gripe lleva 80 millones de
años sobre la faz de la tierra. En tantos años le ha dado tiempo a generar
multitud de casos de enfermedad, la mayoría desconocidos, pero otros han
llamado más la atención y algunos, incluso, podrían haber cambiado el curso de
la historia.

Las tropas entraron apenas unos meses antes en Portugal, evitando
que una gripe que diezmó la Corte, numerosos monasterios y miles de hogares, malograra
el objetivo y permitiendo a Felipe II ser proclamado finalmente Rey de Portugal
tras guardar el luto por su amada esposa.

La Guerra finalizó apenas unos meses después, pero sus
efectos devastadores favorecieron que la epidemia se prolongase hasta 1920 dejando
finalmente de 50 a 100 millones de muertos.
En 2012, lejos de hechos históricos y
trascendentales, una historia cotidiana y actual nos recuerda que la gripe
sigue estando ahí. El 1 de marzo en un pueblecito de Maryland en EE.UU.
moría una anciana de 81 años sin conocerse la causa. La edad, ya se sabe…pero a
los pocos días morían también dos de sus hijos sin que se pudiese hacer nada
por salvarlos. Apenas sin tiempo para recuperarse de la triste noticia, una
tercera hija era ingresada con los mismos síntomas. El pánico se apoderó de un
pueblo donde todos los habitantes guardan parentesco entre sí y especialmente
con la damnificada familia, pues sus antepasados habían fundado una
congregación de la iglesia metodista en aquel lugar. Todos ellos compartían
genes y además habían compartido días de enfermedad y de funerales en estrecho
contacto entre sí. Malo si era una enfermedad hereditaria, peor si era una
enfermedad contagiosa.
La enfermedad se detuvo apenas unos días más tarde tras
algún otro ingreso y finalmente se desenmascaró al responsable: el virus de la
gripe A pero unido a una grave neumonía bacteriana secundaria que les provocó
la muerte.
Las amistades
peligrosas
La gripe puede matar por sí misma, pero es más habitual que
favorezca infecciones bacterianas que son las responsables de la mortalidad. A
la cabeza de estos “amigos” de la gripe se encuentra el neumococo, bacteria responsable
de unos graves cuadros de neumonía que acababan rápidamente con la vida de los
pacientes cuando no existían los antibióticos y aún en nuestros días puede ser
difícil de tratar en muchos casos.
Pero no es el único, la infección por la bacteria Staphylococcus aureus era una complicación de la gripe menos habitual hasta ahora, pero está aumentando. Es una bacteria muy presente entre nosotros. Cualquiera que haya sufrido una foliculitis, un forúnculo o un "padrastro" infectado (paroniquia) en un dedo, por ejemplo, ha visto sin saberlo una de sus caras menos agresiva casi con seguridad. Pero esta bacteria puede adquirir, y transmitir, mecanismos de virulencia y resistencia que dificultan su tratamiento e, incluso, pueden provocar una rápida y certera muerte como desgraciadamente ha ocurrido entre los miembros de esta familia norteamericana hace tan solo unos días.
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