Si alguien nos cuenta que seguir una
dieta equilibrada y variada durante el embarazo favorecerá que nuestro bebé nazca
con una salud de hierro, ninguno lo pondremos en duda. Nos lanzaremos de cabeza
a los lácteos, la fruta, verdura y alimentos con fibra e intentaremos reducir
al máximo los dulces, grasas, ahumados y embutidos (¡algunas incluso el jamón
serrano!). Así cuidaremos de nosotras y del bebé. No dudaremos en seguir la
recomendación de nuestro ginecólogo para tomar suplementos de ácido fólico pensando
en obtener un mejor desarrollo neuronal en el feto evitando las enfermedades
relacionadas con él. Intentaremos -tal y como nos indican los psicólogos- modificar hábitos
de vida para impedir traumas lo que contribuirá a una mejor salud mental del
niño que va a nacer. Incluso, despediremos de casa a nuestro querido, y
damnificado, gato mientras dure el embarazo para evitarle a nuestro bebé la
posibilidad de una enfermedad banal para nosotros, pero mortal para él. Nos compraremos
unas zapatillas de deporte y ropa cómoda, renunciaremos a una copa de vino y al
tabaco, consultaremos siempre antes de tomar cualquier fármaco, etc., etc. Y
todo ello por el temor a dañar la salud de nuestro bebé y buscando que cuando
nazca goce de la mejor salud posible.
Bien, pues entre esas medidas que
siempre se deben tener en cuenta, es inexcusable que falten algunas vacunas como
la de la gripe y la del tétanos. La primera hay que administrarla cada año, por
lo que es recomendación asegurada. La segunda dependerá de si ya estamos
vacunadas y de cuándo nos pusimos la última dosis.
La vacuna de la gripe es el claro ejemplo de protección a la madre y también
al recién nacido. Se sabe que la mujer embarazada es más susceptible al
contagio por la gripe y más propensa a sufrir sus complicaciones -entre ellas la
muerte- en comparación con otros adultos. Este hecho se ha puesto más aún en
evidencia durante la reciente pandemia. A diferencia de otros virus, el de la
gripe no suele favorecer enfermedad en el feto, pero en los casos más graves en
embarazadas existe riesgo de sufrir aborto espontáneo o parto prematuro. En ninguna
guía falta la recomendación de administrar esta vacuna a las mujeres que estén embarazadas
durante la temporada gripal. Ahora hay una razón más pues en febrero se ha
publicado un estudio que muestra que los bebés de madres vacunadas frente a la
gripe tienen menos probabilidades de nacer con bajo peso. Los niños con bajo
peso tienen un mayor riesgo de sufrir obesidad, diabetes y enfermedad
cardiovascular en la edad adulta. Los autores han calculado que por cada 10
mujeres embarazadas vacunadas frente a la gripe se puede prevenir un caso de
recién nacido de bajo peso para su edad gestacional.
La vacuna frente al tétanos es el clásico ejemplo de protección al
recién nacido y también a la madre. El tétanos neonatal es una enfermedad habitualmente
mortal para los recién nacidos que adquieren a través de la exposición del
cordón umbilical a la bacteria Clostridium
tetani en partos insalubres con escasa higiene. El tétanos neonatal ha sido
un azote de los países más desfavorecidos en los que el acceso a los servicios
básicos de salud es deficiente. En el año 1988 la OMS estimó que 787.000 recién
nacidos morían por tétanos neonatal y se propuso reducir esa cifra a cero para el año 1995. La principal herramienta para lograrlo: la vacunación de mujeres en edad
fértil y en embarazadas. Los anticuerpos de una madre debidamente vacunada protegen
al bebé y evitan la enfermedad, ¡así de fácil! Las coberturas vacunales
aumentaron, aunque no lo suficiente y hubo que posponer la fecha varias veces.
En el año 2008 el número de casos se había reducido en un 92%, pero aún así se
produjeron 59.000 muertes en el mundo. Ese año UNICEF puso en marcha una campaña que amadrinó Salma Hayek la
cual lloraba en rueda de prensa al relatar como vio morir a un bebé de 7
días por tétanos neonatal en un hospital de Sierra Leona. Actualmente, en febrero de 2012, todavía 34 países no
han logrado eliminar esta enfermedad. En España es desconocida, ya que no se ha
notificado ningún caso desde hace más de 20 años, gracias a la higiene y la
vacuna.
PD: Debe recordarse que algunas
vacunas, en cambio, están contraindicadas durante el embarazo como la del
sarampión, rubeola, parotiditis, varicela y la vacuna intranasal de la gripe
(que no se comercializa en nuestro país), entre otras.
Me encanta la información que aporta este cuaderno y el modo de darla. Es interesante para todos y curiosa. No hay que olvidar que las vacunas y los antibióticos han sido una de las armas científicas de mayor impacto. Quizás por eso "todo el mundo opina sobre ellas". La infección, su tratamiento y prevención es un océano de ciencia, anécdotas y humanidad.
ResponderEliminarMuchas gracias....o
P
Efectivamente, de eso intentaré tratar aquí siempre que el tiempo me lo permita. Agradecido por tu sincronía y opinión.
ResponderEliminar